Zonas de Caracas

NC-13

La Villa Santa Inés sintetiza los valores conceptuales, estilísticos y arquitectónicos de las construcciones de finales de 1800, y marcó la introducción en Caracas del modelo de la villa europea, una edificación rodeada con cuidados jardines y gran lujo, que aspiraba a reflejar la distinción de quien la habitaba. La construcción de la Villa de estilo afrancesado, de planta rectangular de dos niveles, profusamente ornamentada se inicia en 1884, al ser electo presidente Joaquín Crespo. Ubicada en el contexto urbano de Caño Amarillo en un lote de 3 mil 820 metros cuadrados, posee un patio interno con techo de forma elíptica que organiza los espacios, y está precedido por un porche semicircular definido por columnas. Sus fachadas están compuestas por ventanas altas con arcos rebajados, rejas de hierro forjado y elementos decorativos neobarrocos: balaustradas, capiteles y mascarones, entre otros. Se presume que los plafones son obra de Antonio Herrera Toro (1857-1914), así como el relieve escultórico que representa la batalla de Santa Inés. La casa tuvo dos intervenciones: la primera, introdujo columnas toscanas y frontones triangulares. La segunda, realizada por el Catalán Juan Bautista Salas y Ferrer, dejó huellas del eclecticismo catalán y acentos decorativos neobarrocos. Crespo gobernó allí hasta su muerte, en 1898. En 1907 la villa fue ocupada por la Compañía del Gran Ferrocarril de Venezuela. Fué declarada Monumento Histórico Nacional en 1970, y hoy es sede del Instituto de Patrimonio Cultural. IGV