Este edificio, uno de los primeros del campus, evidencia la influencia del modernismo racionalista, igual que la Escuela Gran Colombia, con la que comparte muchos rasgos. Ubicado al sur del Hospital Clínico, se despliega como un largo volumen de dos plantas, que se adapta a los desniveles de la topografía con sinuosas rampas peatonales que conducen a los accesos, a veces siguiendo la pendiente del terreno, otras elevándose del suelo gracias a delgadas columnas. El instituto, una pieza compacta y de trazado clásico, tiene detalles que revelan la búsqueda de alternativas compositivas, como la curvatura de la planta en uno de los extremos o la dirección del ala de servicios en la parte posterior, distinta a la del volumen principal. Algunos cuerpos manifiestan jerarquías propias, aunque todavía anclados al resto de la estructura, como el auditorio y la pequeña capilla funeraria, que destacan ligeramente por sus cubiertas. La unidad del edificio se sustenta en el blanco de los muros y en la altura volumen. La fachada se compone de una colección de anécdotas formales que no permiten apreciar una imagen del conjunto, aunque los distintos elementos muestran una fuerte preocu-pación por los problemas del clima tropical y la búsqueda de un lenguaje más depurado. El interior está organizado por un corredor central a cuyos lados se despliegan espacios a lo largo de la planta, en la que van apareciendo accesos, escaleras, balcones, patios, el vestíbulo del auditorio y la rampa entre la planta baja y el suelo. SM