Con una fuerte imagen dentro del conjunto universitario, la Facultad de Odontología, compuesta por un cuerpo bajo y una torre de nueve plantas, es claro ejemplo del aspecto imponente de los edificios de cierta altura en la Ciudad Universitaria. Aquí, Villanueva opta por una orientación solar desfavorable, para privilegiar la conformación urbana del campus. La estructura está resuelta por pórticos de concreto a la vista. El acceso está definido por volúmenes de formas redondeadas: la sala de atención al público a un lado y el auditorio al otro. Entre ellos se desarrolla un armonioso juego de techos, aleros y pérgolas que se entrecruzan sobre los jardines, creando un extraordinario «ámbito intermedio» con un notorio tratamiento del color, luces y sombras. El auditorio, desprendido de la torre, de carácter escultórico, destaca por su estructura de concreto en forma de costillar, que se apoya sobre finas columnas, que dejan ver el escalonamiento de sus gradas interiores. La fachada este tiene aleros horizontales, sostenidos por ligeros tirantes, que producen una franja de sombra entre el exterior y el plano de cerramiento, compuesto por ventanales. Hacia el oeste, la fachada es tratada con pequeñas aberturas y superficies verticales con bloques de ventilación, que logran un dinámico efecto de colores y texturas, que remata en lo alto con un alero perimetral. Las fachadas norte y sur, completamente cerradas, exhiben policromías diseñadas por Omar Carreño (1927). SM