FFU
El Centro San Ignacio es el único edificio comercial y de oficinas construido en los años ochenta que, alejado del concepto de la caja cerrada acondicionada ajena a su entorno, recobró con éxito los valores de apertura al clima del trópico y a la ciudad, aún vigentes en el Centro Comercial Chacaíto. Desarrollado en los antiguos campos de fútbol adyacentes al Colegio San Ignacio, el conjunto superó retos constructivos para poder lograr su geometría eliptica y fomentó la reconexión de la vialidad al prologar la Avenida Uslar Pietri, y permitir el acceso a los estacionamientos a través de un sistema de vias interiores. Compuesto por un cuerpo bajo y dos torres de planta elíptica, San Ignacio se abre al Ávila y se cierra al sur (avenida Blandín) a través de un muro envolvente revestido de ladrillo que asemeja el casco de un barco. A su vez, el cuerpo bajo construye un gran portal urbano, atravesado por la prolongación del bulevar Arturo Uslar Pietri. Las torres, emblema del conjunto, se implantan dentro de un vacío interior, un amplio espacio publico que rodea las torres, generosamente abierto a la ciudad. Los comercios de desarrollan sobre un basamento, flanqueado al sur por una galería interior escalonada concebida en planta como una curva en forma de parábola que acompaña las torres, cubierta por un techo apergolado con forma de ala de avión. Los pasillos comerciales, concebidos como gradas, recuerdan las tribunas del antiguo campo de fútbol del colegio jesuita y convierten al espacio comercial en un mundo interior, donde los usuarios circulan por terrazas, puentes y vegetación. La obra fue distinguida con el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana contemporánea en los años noventa. IGV
planta