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La sucursal del banco es por su expresividad, proporciones y solución urbana un notable ejemplo dentro de la arquitectura moderna venezolana. Esta es una de las mejores obras del norteamericano Emile Vestuti, quien llega a Venezuela contra-tado por la firma, fundada en 1948, por Moisés Benacerraf y Carlos Guinand Baldó. El edificio, ubicado en una esquina de la entonces calle real de Sabana Grande, muestra un hábil manejo de las variables del contexto, el lugar y el programa mediante la superposición de dos volúmenes. El más bajo (agencia bancaria), se ubica hacia el este respetando el desnivel del lote, el borde urbano y altura de los edificios de la calle Negrín. Hacia Sabana Grande se muestra el cuerpo alto de oficinas, revestido de travertino, cuya condición varía: laminar y plano en las superficies en contacto con el público; fragmentado y de textura variada en grandes superficies para no reflejar la luz solar en exceso. La articulación de la esqui-na, donde se conforma el acceso a ambos bloques marcado por una columna cilíndrica exenta, denota un hábil manejo de la escala y un sabio tratamiento de la transición de lo abierto a lo cerrado. El compromiso institucional asumido sin renunciar a su contemporaneidad, sin evadir la caracterización que las condiciones climáticas le ofrecen, convirtieron la obra en una referencia. Norte y este muestran sus diferencias de la mano de brise-soleils de corte corbusiano, con una rítmica que rinde honores al gran maestro suizo. ACA
planta-baja