Zonas de Caracas

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Antonio Guzmán Blanco, quien gobernó el país entre 1870 y 1877, introdujo, a través de los edificios que ordenó construir, el valor del simbolismo en la arquitectura de Caracas. El Municipal es un ejemplo de su política de secularización liberal, al demoler la antigua iglesia de San Pablo y reemplazarla por una obra «progresista», que vendría a renovar la ciudad utilizando el modelo urbano de París. Su construcción, según proyecto de Ricard fue paralizada y luego terminada por Jesús Muñoz Tébar, quien alteró algunos elementos. El teatro se compone de un peristilo semicircular, formado por columnas corintias sobre las cuales descansa una cornisa que rodea el edificio, cuyo aforo es de mil 300 espectadores. Al entrar, se pasa al vestíbulo, profusamente decorado, que conecta a una escalinata que conduce a las tres puertas de acceso. Pinturas del italiano Enrico Daville y los venezolanos Pedro Jáuregui, Jacinto Inciarte y Manuel Otero visten los cielorrasos; dos esculturas de Rafael de la Cova completan la decoración. El patio se complementa con dos balcones, de treinta palcos cada uno, más un último nivel, desde el cual se puede ver cómodamente el escenario, que incorporaba todos los mecanismos técnicos de la época. La plazoleta exterior, que fuera centro de intensa actividad social, fue demolida por una operación de ensanche de vías, donde el teatro también perdió su atrio y su carácter monumental. El teatro se estrenó con El Trovador de Verdi, en 1881, y es hoy Patrimonio Nacional. IGV