El urbanismo avasallante del sistema de colinas

En el plano de 1954, «Plano de Caracas y sus alrededores»,  se amplía la visión de los valles. Abarca desde Petare en el este hasta el barrio Propatria en el oeste; por el sur llega hasta Prados del Este y por el norte tiene el límite natural del Ávila y la cordillera de la costa. Si lo comparamos con el plano de 1936, elaborado por Röhl, notamos que la diferencia entre el valle y el sistema de montañas y colinas ya no se representa de una manera tan notoria, tan visible gráficamente. En este nuevo plano, el encuadre de la ciudad se modifica, se desplaza la atención a la derecha, lo que prefigura la ocupación de todo el sistema de colinas al sureste del gran valle. Si en el plano de 1936 la ciudad ha dejado de urbanizarse siguiendo la receta histórica del damero, para comenzar a adaptarse a la geografía con urbanizaciones más o menos uniformes y simétricas, en este plano de 1954 la geografía deja de ser guía y referencia y se convierte en simple contexto de un proceso de urbanización avasallante que avanza ejerciendo importantes modificaciones topográficas y sin pretender crear formas urbanas legibles. Se trata de una red vial que se extiende obteniendo de la topografía el máximo beneficio.

El símbolo de esta nueva posibilidad será el Hotel Humboldt, torre solitaria ubicada en la cima del Ávila, anunciando la presencia de la ciudad hasta en los lugares más inaccesibles.

Casi todos los urbanismos del sureste que aparecen en este plano se encuentran en etapa de desarrollo; otros están simplemente esbozados. Sin embargo, ocupan un territorio equivalente al que ocupaba Caracas en 1920. Esta expansión que arranca en Las Mercedes y termina más allá de Baruta, comprende el futuro Chuao, Prados del Este, Cafetal, Charallavito, Club Hípico, La Trinidad. Comienza a aparecer una red vial que simplemente se expande sin ningún criterio formal, siguiendo las posibilidades que otorgue el tractor y los estudios de suelo.