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El museo, fundado en 1980, se desarrolla a partir de una casa augusta del siglo XVIII que había permanecido abandonada –la «Casa del Muerto», la llamaban– en el casco histórico de Petare. Con la instalación del museo a partir de una libérri-ma restauración, se recobró y dio vida al predio y su entorno, lo que generó un centro de cohesión comunitaria y ciudadana. La casa del museo, en una importante esquina de la trama que deriva hacia el sureste de la plaza Sucre, otorga, junto con la iglesia Dulce Nombre de Jesús y el Teatro César Rengifo, una vocación cultural y turística al casco urbano. La fachada continua sobre la calle Guanches, muestra tres ventanas tradicionales que dan a los espacios principales de la edificación, de doble altura, y remata al norte en un cuerpo en torre, con una tradicional ventana-balcón en el segundo piso. Este volumen señala el acceso, el cual se vale de la topografía en descenso para desarrollarse en niveles. Los espacios con luz tamizada del pasillo de acceso y el corredor inmediato que lo corta, se abren a un patio que, en un plano más bajo y por sus dimensiones, debe haber servido originalmente para el secado de cosechas. El generoso espacio abierto permite actividades libres y luz natural al cuerpo de dos pisos, con una estructura de madera a la vista, alineada a su costado. Las salas de exposición en planta baja alojan las muestras temporales sobre la creación popular. La segunda planta se consagra a los depósitos de la colección y las operaciones de apoyo museológico. GB
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