En tiempos de la colonia se fundaron en las faldas Ávila haciendas destinadas a la cosecha del café. A una altura cercana a los 1.500 msnm, el clima y condiciones del resultaron ideales para su cultivo, gracias a la sombra de grandes arboles de gran follaje como el Bucare Ceibo. Las haciendas más conocidas se ubicaron en el sector de «Los Venados», entre ellas la Hacienda La Trinidad, en el sector occidental del parque, fundada por Tomás Bueno y Josefa Madrid de Bueno. Su tipo-logía representa un claro ejemplo de la hacienda cafetalera que se desarrollo en el valle de Caracas y tierras aledañas desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XIX. Sus linderos era la fila del Ávila, al norte; Quebrada Gamboa, al este; la Quebrada Cotiza al oeste; y al sur los terrenos de Anauco Arriba. Desarrollada por el médico, empresario y hacendado Adolfo Bueno Madrid, la hacienda funcionó hasta 1925, cuando pasó a ser propiedad de la nación en el Gobierno de Juan Vicente Gómez. Para 1930 muchas de las haciendas que ocupaban el valle se transformaron en improductivas, dando paso a nuevas urbanizaciones. Sin embargo La Hacienda La Trinidad por su ubicación en las faldas del Ávila, no corrió con el mismo destino, y en 1933 el Gobierno entregó la propiedad a los padres Benedictinos, quienes la convirtieron en un orfanato, hasta que en 1936 volvió al estado para a ser un centro de adiestramiento para guardaparques. La casa de hacienda, con techo de tejas arcilla a dos aguas y muros de adobe, posee una galería perimetral en que contiene un gran patio donde se trillaba el café. Hoy es la sede administrativa de la superintendencia del Parque Nacional El Ávila, un centro de recreación que alberga áreas para picnic, camping, un museo, la biblioteca Eduardo Röhl y el auditorio Carlos Guinand. IGV