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En 1928, durante la dictadura de Gómez, el Estado decide participar con instituciones propias en la vida económica del país, creando dos bancos de desarrollo, uno para incentivar la construcción de viviendas populares (Banco Obrero) y el otro para fomentar la agricultura y la cría, el Banco Agrícola y Pecuario (BAP). Ese mismo año, el Congreso Nacional decreta su creación, y se completa la casa matriz, con sede principal en Maracay, que se traslada a Caracas a finales de los treinta, a un edificio entre medianeras de tres niveles y planta rectangular con espacios organizados alrededor de un patio central cubierto con un plafond de vidrios coloreados, rodeado de corredores. La simétrica fachada está compuesta por dos cuerpos, el primero constituido por un plano revestido en mármol, recedido en planta baja, con tres puertas de acceso en bronce y vidrio y arcos de medio punto. El segundo, conformado por los niveles superiores y ventanas con dinteles, está enmarcado por pilastras. Al interior, los materiales nobles complementan los elementos, decorativos como un bajorrelieve en piedra artificial coloreada denominado «La Agricultura» (1944), obra de Alejandro Colina (1901-1976) ―autor de «María Lionza sobre la danta», claro exponente de la escultura monumental en Venezuela― y figuras alusivas a actividades asociadas al agro, la ganadería y la industria. El edificio está coronado por una cornisa y un antepecho de concreto con molduras que acentúan su estilo Art Deco. IGV
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