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Con una ubicación estratégica y privilegiada en la ciudad, en una colina desde donde se visualiza todo el valle de Caracas desde el oriente y enclavada en una zona hoy rodeada por comunidades de barrios que crecieron en los años setenta, la vivienda fue fruto de la colaboración entre los florentinos Athos Albertoni y Guido Guazzo, considerando la premisas de la familia Borges Villegas. Guazzo presentó al entonces diputado perezjimenista la maqueta de un gran reino residencial, basada en el proyecto de Albertoni. La obra, de influencia wrightiana y formas horizontales con amplios voladizos de marquesinas, techos y terrazas, fue concebida como un palacio moderno de 6.000 metros de construcción en más de 2 hectáreas de terreno. Orientada en sentido oriente-poniente, la casa de tres plantas, múltiples habitaciones y espacios de grandes proporciones alberga una piscina, fuentes de agua y esculturas cerámicas italianas. Posee un gran salón abierto al oeste para observar la ciudad; alberga una sala de música, chimenea, observatorio, helipuerto y hasta un pasaje secreto hacia un bunker de seguridad con una salida oculta al exterior. Al interior destacan las obras de arte Italiano que se integran a la arquitectura. El palacio, junto a El Cerrito y la quinta Alto Claro, conforma una triada de magníficas y únicas villas modernas en la ciudad. La casa, adquirida y rescatada por la Alcaldía Metropolitana en 2009, hoy alberga el Centro para la Educación, Cultura y Arte Simón Díaz. IGV
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