Zonas de Caracas

YPM

Concebido como un conjunto que vincula los edificios y el paisaje formando un «gran hospital», un gran parque de trabajo, la «ciudad» se construyó en la antigua hacienda Los Caracas, a 17 kilómetros al este de Naiguatá, en un valle selvático y paradisíaco alimentado por los ríos Grande y Botuco. Unificado a primera vista, en realidad fue un conjunto proyectado por arquitectos de distintas generaciones y en diferentes épocas. En sus inicios esta ciudad-hospital sirvió como leprosorio (lugar de reclusión y colonia agrícola) donde se trasladarían los enfermos del leprosorio de Cabo Blanco (litoral central). Planificado por Carlos Raúl Villanueva y el ingeniero Armando Vegas, asesorados por el doctor Martín Vegas, este modelo de ciudad jardín de 100 ha se extiende desde el mar hasta las partes bajas de la cordillera de la Costa. Las expresivas viviendas de formas vernaculares se implantaron, aisladas, en bloque o agrupadas en las márgenes de los ríos, conectadas por una vía al centro cívico, donde se ubican la plaza, la capilla, la escuela, el teatro y el centro de salud. Sin embargo, la ciudad nunca funcionó como tal. En 1954, Marcos Pérez Jiménez ordenó su transformación en ciudad vacacional. Su conversión de uso y nuevos edificios recreativos modernistas estuvieron a cargo de arquitectos e ingenieros. El Mirador (Miguel Salvador, 1954), el Balneario (José Sánchez, 1954), el restaurant El Botuco (Pedro Riquezes, 1954), las piscinas (Carlos Olmos, 1954), así como el mural, de Carlos González Bogen, hoy se encuentran abandonados y destruidos. IGV