Zonas de Caracas

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Los años 50 tuvieron como signo la valorización de la rapidez y el automóvil como valores esenciales de la modernidad. El Helicoide, caso emblemático de integración de la vialidad a la arquitectura, fue ideado como un centro comercial y expo-sición de industrias, ubicado en el punto de conjunción de los sectores más densos de la ciudad y en el área mejor servida por el sistema de vialidad. El edificio es una forma geométrica triangular, que se adapta al aspecto piramidal de la colina que le sirve de base. La edificación, de 77.000 m2, es un manto helicoidal de doble espiral entrelazada que envuelve la colina, ambas desarrolladas como aceras aéreas con una suave pendiente, y en cuyo recorrido se localizan locales comer-ciales con módulos que permiten la integración vertical u horizontal. La altura de los locales se ajusta a medida que se asciende, para conservar una pendiente uniforme. La doble espiral posibilita que el techo de los locales de la espiral as-cendente sea el estacionamiento de la espiral descendente, hasta completar seis rampas, con un recorrido total de cuatro kilómetros y una superficie de exhibición de tres. Junto al sistema vehicular y sus respectivos estacionamientos, la circulación peatonal sigue el recorrido de la espiral, pero por la parte interior, y se complementa con cuatro núcleos de circulación vertical y escaleras mecánicas. En la cima se resuelve la articulación de la espiral ascendente con la descenden-te gracias a una curva en forma de «S», con lo que se logra un tránsito sin cruces. El paisajismo del proyecto fue de Roberto Burle Marx. En 1961, El Helicoide fue exhibido en el MoMA de Nueva York y así alcanzó protagonismo en el debate arquitectónico internacional. Hasta hoy constituye un desafío para la arquitectura venezolana. JRV/IGV