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Ubicada sobre el eje de la avenida Bolívar, la escuela forma parte de los edificios que se construyeron para equipar el Parque Vargas, un ambicioso proyecto de renovación urbana concebido como un paseo peatonal de 34 hectáreas: una promenade que une varias plazas, y que aspiraba a recuperar la retícula de la ciudad con elementos del trópico. Después de una etapa de desarrollo de emblemáticas torres de oficinas, el arquitecto español y su socio Benacerraf reciben el encargo de proyectar el Palacio de Justicia, la nueva Galería de Arte Nacional y la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas, ubicados todos en el Parque Vargas. La firma BG Arquitectura optó por proyectar, frente a las aceras del paseo, una bóveda acristalada que vincula los dos cuerpos del edificio, de concreto, en un solo volumen alargado. Una fachada construye el borde del Paseo Vargas al sur, mientras que al norte enfrenta la Plaza Parque Carabobo. Una de las principales restricciones del proyecto fue que debió considerar y aprovechar la retícula estructural de las fundaciones de la inconclusa sede Central de la Policía Técnica Judicial, que fue comenzada a construir alli anteriormente. Los talleres y aulas se desarrollan a doble altura o con mezzaninas interiores. La espacialidad del edificio se define por una nave longitudinal con una bóveda de estructura metálica y vidrio, que filtra la luz al interior, donde puentes, rampas, el módulo del ascensor rotado y la escalera helicoidal cobran protagonismo. IGV
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