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El Hospital Vargas, construido al norte de la ciudad, al final del eje Catedral-Panteón, fue el primer edificio de gran escala y carácter urbano que ocupó dos manzanas del casco tradicional de Caracas. Para finales del Siglo XIX, la ciudad contaba con 70 mil 625 habitantes y vivía una crítica situación sanitaria que diezmaba su población. En agosto de 1888, Juan Pablo Rojas Paúl ordena la fundación de «un hospital nacional para hombres y mujeres que contenga por lo menos mil camas, debiendo tener una construcción análoga y régimen semejante al del Hospital Lariboissiere, establecido en París». El edificio, previsto de una sola planta, se proyectó orientado de norte a sur, con la entrada principal al oeste. Su planta, simétrica, está conformada por un elemento central (dirección, anfiteatro, salas de consultas externas y pabellones, además de almacenes y cocina), a partir del cual se extienden dos alas, una para hombres y otra para mujeres, repitiendo el esquema del Hospital Lariboissiere. Cada ala consta de dos hileras de cinco salas cada una, con capacidad para 22 pacientes, enfrentadas y separadas por un largo jardín. Inagurado en 1891 por el presidente Raimundo Andueza Palacio, el hospital dió inicio a la medicina moderna en el país y se convirtió en el principal centro de formación en esta disciplina; allí ejercieron los más notables médicos de la nación. El patio central lo preside la estatua del doctor José María Vargas, uno de los más notables próceres civiles del país, realizada por el artista José Eloy Palacios (1847-1919). IGV
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