A finales de los años 20, el gobierno de Gómez transforma a Macuto en ciudad balneario, inaugurando los «baños», el paseo frente al mar y el primer hotel de lujo de playa de Venezuela, el famoso Hotel Miramar. A la par de los mejores hoteles de Europa, la gran villa decorada con elementos de carácter neoclásico y art nouveau, promovida por el Ministerio de Obras Públicas en un concurso, fue inaugurada en abril de 1928. El hotel trajo a Macuto una época de esplendor, llegando a ser símbolo del refinamiento, lujo y confort. Denominado «Miramar» por el seudónimo que utilizó Alejandro Chataing para la propuesta arquitectónica que resultó ganadora, la villa de tres niveles de planta en cruciforme y cuatro alas diagonales que parten de un patio central circular, exhibe una fachada ecléctica que mezcla elementos estilísticos. Ubicado al final del paseo de Macuto, con vista hacia el balneario, cada ala del edificio alojaba una parte del programa del hotel: el ala este, las salas de juego, salón de gala y otros servicios; la oeste, las salas de estar y espacios administrativos; la sur, habitaciones y sanitarios; y la norte, el comedor, recepción y oficinas. Las alas orientadas al balneario se acompañan de dos torres de planta cuadrada y cubierta a cuatro aguas. El hotel, de 80 habitaciones y un comedor para 400 personas, se amenizó con parques, piscinas y canchas de tenis. Este ícono de Macuto, monumento histórico nacional desde 1994, funcionó como hotel hasta 1958, cuando entró en una etapa de abandono y decadencia que lo condujeron a su lamentable estado actual. En vías de desaparecer, aún espera por ser rescatado. IGV