En 1952 la inauguración de la autopista Caracas-La Guaira impulsa en el litoral nuevos desarrollos residenciales bajo la modalidad de condominio o de club social, con instalaciones recreacionales y deportivas. Laguna Beach Club, localizado a la entrada de la laguna de Caraballeda y promovido por Daniel Camejo Octavio, fue un modelo de inmobiliario pionero, cuyo éxito posibilitó la aparición de clubes similares. Dirigido a personas de alto poder adquisitivo, fue ideado como una interpretación libre de la Unidad de Habitación de Marsella (Le Corbusier, 1947-192), que lo asemeja a los superbloques desarrollados para la época por el Banco Obrero para las clases necesitadas. Esta paradójica lectura se basa en la ausencia de balcones en los 100 apartamentos de variados tamaños que lo conforman, en los que se usa por primera vez en Venezuela el concepto dúplex. Esta aparente distancia del típico edificio residencial es aprovechada para diseñar la piel que tamiza la luz interior y tropicaliza su aspecto, recubre sus fachadas y permite el control climático, la ventilación cruzada y el disfrute de las vistas. Hoy sometido al impacto de desafortunadas intervenciones, esta blanca Unité muestra una clara influencia de la arquitectura moderna brasileña en el tratamiento de las plantas inferiores, en su remate superior y en la forma de los volúmenes de servicio anexos. El reto de transponer un tipo urbano al ambiente de la playa le otorga, sin duda, un particular encanto a esta significativa referencia de arquitectura integral. ACA