La construcción del instituto docente fue iniciativa del presidente Eleazar López Contreras, quien en 1935 solicitó el diseño de un edificio modelo para el funcionamiento del liceo, una de las primeras edificaciones modernas realizadas por Domínguez. El trazado del edificio y la disposición de sus dos volúmenes en la parcela tuvieron un énfasis urbano, siendo emplazado frente al pabellón del Hipódromo Nacional, diagonal con la redoma donde se situaba el Monumento de Carabobo (Monumento La India). El primer volumen, simétrico, destinado a oficinas, aulas y laboratorios, se desarrolla alrededor de un patio central obedeciendo al esquema tradicional y académico, el cual se ubica sobre la calle con una fachada continua que estructura el borde de la cuadra. La composición de la fachada principal se realza por un pórtico de acceso ubicado en el centro geométrico de ella. Este cuerpo se ensambla posteriormente con el segundo volumen destinado al auditorio y la biblioteca. Extensas bandas horizontales a modo de marcos delineados por pequeños aleros-goteros enfatizan la horizontalidad del edificio. Las esquinas rematan en volúmenes semicilíndricos, otorgando dinamismo en la composición arquitectónica. La estructura está compuesta por un sistema mixto de pórticos de concreto armado y muros portantes de mampostería de ladrillo. La edificación de dos plantas fue proyectada para 14 aulas de clases y 6 laboratorios. Destacan en el hall de acceso a doble altura los bajorrelieves del artista venezolano Francisco Narváez (1905-1982). WNA/IGV