Un terreno triangular (9.977 m2) fue convertido en centro cultural para jóvenes a partir del reciclaje de contenedores metálicos como arquitectura, sumado a la topografía del terreno, para completar los escenarios de un parque urbano, con una imagen creativa que invitara al desarrollo de talentos ligados a los medios de comunicación actuales. A partir de la organización de los contenedores (15 aprox.) hacia los bordes del terreno, superpuestos en distintas direcciones, interconectados con escaleras, planos en declive e intervenidos con ventanas plásticas circulares y grafitis, se ambientó un centro de actividades que reunió infocentros, audio-foros para 250 personas, salas de proyección, aulas de usos múltiples, radios comunitarias, fábricas disqueras, talleres de danza contemporánea y plástica, videoteca y canchas deportivas. La fuerza de la convocatoria que ha tenido el sitio lo ha convertido en un conocido centro internacional de rap y hip hop, además de manifestaciones de artistas grafiteros. La propuesta original se ha ido modificando en el tiempo gracias a la movilidad de los contenedores y han aparecido usos que la comunidad –de otras edades– ha tenido a bien incorporar, como mercados de víveres y clases de música para niños del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles. Una atmósfera de espacio inacabado, invadido y conquistado para la juventud es su mayor atractivo. MIP