Zonas de Caracas

NE-61

En un contexto de viviendas multifamiliares altas con comercios, la Alcaldía de Chacao, apoyada por su comunidad, adquiere un cuarto de manzana, donde se desarrolla una plaza paradigmática. La plaza con dos niveles de estacionamiento subterráneos; con un edificio estrecho de carácter cultural en su lindero norte, da cabida a distintas versiones de biblioteca pública: la biblioteca Eugenio Montejo (adultos), la Ludoteca (niños) y la biblioteca Herrera Luque, legado de un vecino con trayectoria literaria. Incluye áreas pavimentadas con sombra, un café, un espejo de agua con chorros (accesibles a los usuarios) y un área de anfiteatro a cielo abierto. Juntos conforman una propuesta de vida urbana que baña de atributos al vecindario y recompone un trozo de ciudad moderna, lo que realza un contexto modesto con nuevos valores espaciales. En el lindero oeste: un mural (Miguel Acosta) que se asoma sobre el nivel plaza desde el estacionamiento subterráneo y el edificio del ambulatorio (Alberto Manrique), que, sumados al reloj, completan los bordes adosados a las parcelas vecinas; mientras la sur y al este la bordean calles. Dos techos hablan de la plasticidad de cada material. El techo de la biblioteca es de concreto, separado del cuerpo del edificio, con volados que se afinan hacia sus extremos y aligeran su peso visual. Y el techo liviano central, que como un baldaquino hace referencia a estructuras marinas, tensadas en sus cuatro columnas de apoyo, combinadas con superficies tensiles, amarradas como velas en un nivel de menor altura. MIP