El encargo de la casa de playa surge cuando Vivas supervisaba la obra de la casa del comandante de la Aviación, Guillermo Pacanins (gobernador del Distrito Federal entre 1950 y 1958), y recibió la visita del entonces presidente, general Marcos Pérez Jiménez en el lugar, quien al ver la casa del comandante decide comprar el lote adyacente y encargar el proyecto al joven Vivas. La casa fue un obsequio del constructor Sergio Casado, propietario de la Empresa Iveca (Ingenieros Venezolanos C.A.), al dictador en agradecimiento a los contratos obtenidos. Concebida como un gran balcón sobre mar, todos sus ambientes están orientados al horizonte y sus detalles, construidos artesanalmente con maderas de Guayana como cartán, zapatero o cusavire. La osada estructura, que descansa sobre arena, fue calculada por Justo Pastor Farías, quien para contenerla diseñó un muro estructural de gran altura cuya base se extiende por debajo de la calle que pasa a nivel de la avenida a borde de playa. El volumen elevado de las habitaciones, acrobáticamente suspendido, está armado por un par de vigas vierendel apoyadas sobre cuatro esbeltas columnas que caen sobre el área de la piscina. La vivienda de espacios internos fluidos, techos inclinados y abierta al exterior a través de romanillas que filtran la luz, muros blancos y pisos de piedra constituye una celebración de la forma de elaborar la herencia moderna presente en la época. La casa es hoy la residencia «ministerial» del gobernador del Estado Vargas. IGV