Zonas de Caracas

DDN-2

La idea de construir una sede para las logias masónicas de Caracas comenzó en 1850, y transformándose en un ambicioso proyecto cuya intención fue crear un edificio con todas las características arquitectónicas de la masonería. Concebido como un homenaje a la humanidad civilizada y la libertad de culto, Guzmán Blanco ordena la construcción del Templo Masónico en 1864, sobre un solar ubicado de Jesuitas a Maturín. Luego de nueve años, a mediados de 1873, se paralizan los trabajos por falta de recursos, y Guzmán Blanco decide que el Estado asuma su finalización. En abril de 1876, el Gran Templo Masónico de Caracas, edificado según planos de Muñóz Tébar y Hurtado Manrique, fue inaugurado por Guzmán Blanco. Esta pieza es un claro ejemplo de arquitectura ecléctica, donde diversos elementos se combinan para lograr un conjunto armónico; en ella destacan sus grandes columnas salomónicas, ubicadas en la fachada, que sostienen una cornisa clásica. Está constituido por tres naves separadas por dos patios de luz. El edificio se compone de dos galerías, baja y alta, de proporción rectangular. Perpendiculares a éstas hay tres grandes salones separados por patios. El salón principal, en el centro, está cubierto por una cúpula a 18 metros de altura. La fachada subdivide verticalmente con discretas molduras que le dan mayor fuerza las llamativas columnas salomónicas. El templo, hoy restaurado, sufrió un incendio devastador a finales del siglo XX, en el que se perdieron documentos de inmenso valor histórico. IGV