Zonas de Caracas

Caracas 

a través de sus planos

Plano de Caracas y sus alrededores, 1934. Dibujado por Eduardo Röhl. Litografía y Tipografía del Comercio.HC-41

Plano de Caracas y sus alrededores, 1934

Construido y dibujado por Eduardo Rohl, miembro honorario del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Individuo de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Agrimensor público.

Fecha: 1934

Original: color, 96 x 65 cm.

Autor: Eduardo Rohl

Escala: 1:30.000

Litografia y tipografía del Comercio, Caracas.

Colección Biblioteca Nacional (Original propiedad de la C.A La Electricidad de Caracas- Corpoelec)

 

El plano más bello de Caracas

En su plano de 1934, titulado «Caracas y sus alrededores», la geografía va a ser el principal protagonista. Este dibujo de 96 x 65 cm, en tonos ocres, amarillo y naranja, fue realizado con base en una foto aérea y aparecen todas las montañas y valles de lo que será la Caracas metropolitana.

Vemos cómo el damero de la ciudad colonial está circunscrito a un pequeño valle, parte de un sistema mucho mayor donde hay pueblos a punto de ser englobados, nuevas urbanizaciones con tramas disímiles que se ignoran unas a otras, y sobre todo, amplios territorios que la ciudad está ansiosa de conquistar. Aquí se exaltan la geografía, los accidentes, los llenos y vacíos, los relieves y las sinuosidades, al punto de que lo que se señala con mayor acuciosidad son las diferentes alturas en la topografía. Si volvemos a la ecuación que proponía mi padre: «Una ciudad atacada por sus habitantes y defendida por su topografía», aquí nos encontramos en la celebración del bastión natural que defiende a Caracas.

De nuevo, hay que hablar de mapa y de plano. A una escala de 1:30.000 se cubre el sistema de valles hasta las costas del Caribe. En este enorme contexto geográfico parece adivinarse un caballo recostado contra el Ávila, cuyo hocico muerde a Catia y por entre sus orejas sale la vía hacia La Guaira, mientras una pata delantera se alarga al oeste, acompañando el curso del Guaire y pisando Antímano con su casco; la otra pata se dirige hacia El Valle, acompañada por el río del mismo nombre. De las patas traseras vemos poco; el plano no ofrece gran parte de las áreas del sureste hacia donde Caracas aún está por desarrollarse. Parece que Röhl no previó un crecimiento en esa dirección. El noble caballo tiene a Petare en los testículos y la cola se alza señalando el camino hacia Guarenas. Justo en su corazón reside la vieja trama colonial y la plaza Bolívar. Como buen herbívoro tiene en el estómago al parque Los Caobos.

Entre los relieves de las montañas y colinas, gran parte de las tierras de los valles están en blanco, como vacíos que esperan el impacto urbano. El casco colonial del centro y los pueblos de origen colonial, como Petare y Chacao, se señalan en naranja; en cambio los desarrollos urbanos del XIX y comienzos del XX, así como las nuevas urbanizaciones hacia el este (Los Caobos, La Florida, el Country Club, Campo Alegre, Los Palos Grandes y Sebucán) aparecen en tonos de amarillo, resaltando sus edificaciones aisladas. Este plano revela la nueva tendencia que caracterizará una especie de «conquista del este». Los urbanizadores como Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi desarrollan en haciendas aledañas a Caracas urbanizaciones que pretenden permanecer para siempre al margen del centro de la ciudad. En estas nuevas propuestas predomina lo que se va a llamar «vivienda unifamiliar aislada». Como lo indican los adjetivos «unifamiliar» y «aislada», esta será una difícil semilla para cultivar una ciudad. Ni siquiera está planteado que estos nuevos urbanismos se comuniquen entre sí, pues las quebradas norte-sur, que definían las haciendas de café, sirven también de separación a las nuevas urbanizaciones. Se comunican solo en su extremo sur, a lo largo de lo que será la avenida Francisco de Miranda. Este aislamiento parece ser parte de una estrategia, de una intención consciente. Se está pasando de la ciudad congregada a una ciudad disgregada por vocación.

 

La restitución fotográfica

Este plano de 1936, en escala 1:5.000, parece un acercamiento al de Röhl. Lo realiza Cartografía Nacional mediante una «restitución fotográfica con estereoplanígrafo y aereocartógrafo». En otras palabras, fotografías aéreas convertidas en planos topográficos. El rigor y precisión de este plano es suficientemente elocuente para revelar las diferencias entre lo edificado en la trama colonial original y lo edificado en los urbanismos que comenzaron a rodearla. Las texturas compactas, que definen la cuadra del damero, contrastan con la textura atomizada de las viviendas aisladas de, por ejemplo, la urbanización La Florida. En un caso se representa una retícula, un urbanismo, un contexto; en el otro, una edificación que es parte, elemento aislado de una urbanización. Vemos claramente cómo la casa urbana de patio comenzaba a ser relegada por las casas suburbanas de jardín perimetral. FV/IGV