Zonas de Caracas

Caracas 

a través de sus planos

Aerografía de Caracas, 2009HC-64

Crecimiento sin espíritu de renovación

A partir de estos años resulta imposible identificar a la ciudad con una visión, un discurso, un estilo, una misión. No parece haber un plano capaz de mostrar el estado actual de la metrópoli o los planes futuros para la ciudad. Caracas ha pasado a ser la sumatoria de muchos rumbos, contradicciones, tiempos, texturas.

En el último cuarto de este siglo disminuye la fuerza de las propuestas urbanas, o por lo menos no se dan con la fuerza, la escala y la proporción que en tiempos de Guzmán Blanco, Medina o Pérez Jiménez. La ciudad se dedica a crecer sin un verdadero espíritu de renovación. La red de autopistas, que comienza con el plan vial de 1951, va a convertirse en la intervención con más peso y presencia en la transformación de la estructura de la ciudad y será el aspecto más característico y significativo de nuestro urbanismo. El nuevo sistema de distribuidores y autopistas, con nombres como La Araña o El Ciempiés, interrumpe, corta, modifica se superpone y divide a la ciudad con una estética y unas leyes propias.

Por otro lado, en la segunda mitad del siglo XX, en el área metropolitana comienzan a dominar desarrollos que permanecen al margen de la legislación urbana y de los servicios urbanos. La ciudad ya había perdido la idea de un lenguaje urbano propio, tradicional, popular, común y, en consecuencia, todo aquello que se desarrolle al margen de las nuevas leyes ocurrirá desordenadamente, sin ninguna tradición que lo estructure. Por un lado, existe una legislación urbana, un catastro y unas normas arquitectónicas que pretenden organizar la ciudad. Pero, por otro lado, se desarrolla una ciudad paralela como un campamento provisional que no está ni siquiera reflejado en los nuevos planos. Poco a poco esa segunda ciudad se irá haciendo mayor hasta ocupar más territorio, lo que albergará más habitantes que la ciudad legalizada.

Esta ciudad marginal irá configurando una verdadera red multiforme y unifuncional, un sistema de veredas, caminos y escalinatas que conforman verdaderos laberintos que alimentan viviendas en emergencia. La proporción entre este uso de vivienda y las otras funciones propias de una ciudad será muy reveladora, pues este tipo de desarrollo urbano tendrá la evolución más vertiginosa en las siguientes décadas.