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En 1962, la Misión Católica Italiana, consciente del elevado auge de la inmigración en Venezuela, funda el Colegio Nuestra Señora de Pompei, en La Campiña, cuyo crecimiento condujo a los sacerdotes scalabrinianos a adquirir un lote en la urbanización Ávila de la Alta Florida. Allí construyen la sede del colegio y la iglesia Nuestra Señora de Pompei, un edificio de planta cuadrada con 20 metros de lado, proyectada por el prolífico arquitecto napolitano Doménico Filiponne. El volumen se compone de una bóveda parabólica en concreto, cuya superficie se eleva hacia los cuatro puntos cardinales, descansando sobre cuatro pilares en las esquinas, acompañado por un campanario vinculado a la estructura. El diseño de la fachada está compuesto de módulos verticales de yeso calado dispuestos entre elementos verticales, que a manera de celosía generaban al interior una particular iluminación y atmósfera. Al interior, la continuidad de la cubierta en concreto calculada por el ingeniero Giorgio Bruttini contrasta con los blancos cerramientos de yeso calado. Los accesos en los extremos de la fachada se enmarcan por puertas a manera de cajas. El cristo de bronce y los relieves al interior son obra del escultor italiano Aldo D’Adamo, quien también esculpió la estatua ecuestre ubicada en la urbanización San Luis. A pesar de contar con la declaratoria de Bien de Interés Cultural, del Instituto del Patrimonio Cultural, el valor arquitectónico de la iglesia fue dañado al tapar los muros calados, alternado la condición de la fachada y calidad espacial al interior del edificio. IGV