El conjunto, con un exigente programa, es sede de varias escuelas que conviven y conforman un verdadero «universo interior», pleno de variantes, formas, patios, superficies, luces y penumbras, que, en su integración, recuerdan la diversidad de un mercado persa. La intensa circulación peatonal otorga vida a una infinita secuencia de sensaciones. La planta interior se organiza en dos calles peatonales, flanqueadas por dos barras regulares de aulas a cada lado. Entre esas amplias áreas de circulación están los servicios y dependencias de cada escuela, cuya variedad enriquece el espacio. Los dos niveles del conjunto, de múltiples accesos, lo que genera un tránsito dinámico, favorable para el encuentro entre disciplinas, se interconectan por escaleras y rampas. Esta rica trama se complementa con obras de arte, murales, jardines y calados, que crean una exquisita promenade. Destacan los murales de Víctor Valera (1927-2013) y el jardín interior de la Biblioteca de Psicología, con relieves de Jean Arp (1886-1996) y el mural de Sophie Taeuber-Arp (1889-1943).El conjunto se conecta con los corredores cubiertos, y se compone de cuerpos de aulas cuya intimidad se enriquece en una unidad espacial de extraordinaria calidad ambiental. El auditorio, al oeste, es un ejercicio de papiroflexia, una pieza independiente, definida por una membraba plegada vaciada en concreto, con planos triangulares de cemento gris y cerámica roja, que forma parte del conjunto de auditorios escultóricos que construyen los bordes de la «tierra de nadie». SM