Situado al interior de la Ciudad Vacacional Los Caracas, este edificio de dos plantas construido en madera, canto rodado y concreto fue concebido como un balcón que descansa sobre una formación rocosa de 30 metros de altura que se adentra en el mar, desde donde se domina parte del borde costero del estado Vargas y la Ciudad Vacacional. Su libertad formal, recuerda la arquitectura moderna del Brasil. Su volumetría consta de un cuerpo rectangular con techos quebrados de sua-ves pendientes al cual se conecta una cubierta de forma circular soportada por pórticos en concreto a la vista, donde las plataformas sirven como mirador. Destinado al esparcimiento y a la recreación, su programa incluyo un comedor para cien personas, amplias áreas sociales y una espectacular terraza cubierta abierta al mar, desde donde se desprende una pasarela elevada que conecta a una plataforma de menor dimensión que se abre al paisaje del litoral. Desde allí escaleras y caminerias descienden a terrazas inferiores y a la playa, construyendo un paseo en pendiente abierto al horizonte que se funde con la topografía. Al interior, cuidados detalles en plafones y muros se completan con seis murales geométricos del artista plástico venezolano Carlos González Bogen (1920-1992). El Mirador, todo un evento turístico y arquitectónico en los cincuenta, hoy se encuentra abandonado. IGV