Zonas de Caracas

COPRED-LB

La Plaza Cubierta reúne la mayor parte de los temas que Villanueva desarrolló para todo el proyecto del campus. Ideado como un centro cívico, es decir, como el corazón de la Ciudad Universitaria, representa, a la vez, un espacio perfecto para el clima del trópico y la materialización por antonomasia de la «síntesis de las artes», lo que lo transforma, sin lugar a duda, en un paseo formidable y memorable. El área vincula formalmente los edificios del Rectorado, el Paraninfo, el Aula Magna, la Sala de Conciertos y la Biblioteca. Fluido, abierto y continuo, su concepción plantea la disolución de los limites tradicionales entre en interior y el exterior, haciendo prevalecer la percepción y valoración del espacio por sí mismo. Su forma está determinada por una sobria cubierta en concreto armado que responde a un sistema cartesiano de soporte, constituido por delgadas columnas, vigas y losas, dispuestas a manera de pórticos que se repiten, con luces similares entre apoyos que se multiplican en varias direcciones. La disposición estructural le confiere a la plaza un orden perceptual que pone de manifiesto la importancia de la concepción moderna del espacio como protagonista, albergando murales y esculturas que construyen un paseo arquitectónico dinámico, que emula una sinfonía musical dividida en movimientos, que transforman sutil y constantemente la percepción del conjunto. Los notables murales policromados de Fernand Léger (1881-1955), Víctor Vasarely (1906-1997), Pascual Navarro (1923-1986) y Mateo Manaure (1926), capturan la luz dentro del sombreado espacio que sirve de preámbulo al Aula Magna, acompañados por dos notables esculturas: Pastor de nubes, de Jean Arp (1887-1966) y Amphion, de Henri Laurens (1885-1954), alusión más que directa al personaje mitológico que, con su lira, construyó los muros de Tebas, y claro homenaje al maestro Villanueva. Contrastes de luz y sombra, pozos de luz, patios y vegetación son elementos de este extraordinario conjunto arquitectónico, que reúne las principales obras de la «Síntesis de las Artes Mayores», prueba más que fehaciente de la particular visión y sensibilidad de Villanueva, que da testimonio de la edad de oro del arte venezolano y la apertura de la cultura local a las vanguardias artísticas internacionales. IGV