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Plano Topográfico de una parte del valle de los Caracas, 1567 (Transcripcion, 1913)

Plano topográfico de una parte del valle de los Caracas, 1567

“Este dibujo representa la situación probable del campamento español donde fundó la ciudad de Santiago de León de Caracas, Don Diego de Losada”.

 

Fecha representada: 1567

Fecha de elaboración: 1919

Cartógrafo: Florentino Aristeiguieta 

Publicación: Copia del plano de 1567. 

Escala; 1:20.000

Colección Archivo General de Planos, Biblioteca Nacional, Caracas. 

 

La conquista militar del territorio.

El plano representa una transcripción realizada en 1913 por Florentino Aristeiguieta de un plano de 1567 con el sello del Archivo General de Planos, que muestra la forma de organización del probable asentamiento militar que precedió a la fundación de Santiago de León de Caracas.

La existencia de este plano no debe ser visto como un hecho concluyente, pues historiadores señalan que el establecimiento del campamento definitivo se llevó a cabo en varios intentos discontinuos, en diversos lugares del valle en vista de la hostilidad de los indios Caracas, el último de los cuales condujo a la fundación del pueblo que recibió el nombre de “Santiago de León de Caracas”.

En relación a los intentos de conquista del territorio, “el primero fue la creación, en 1560, del hato de San Francisco, por Francisco Fajardo, posiblemente en lo que hoy es Catia; el segundo, el establecimiento con fecha 1 de agosto de 1561, de la villa de San Francisco en el mismo lugar, por Juan Rodríguez Suárez, quien llegó a nombrar alcaldes y regidores. Tanto el hato como la villa tuvieron corta vida, en razón de la hostilidad de los indígenas circunvecinos; sin embargo, el propósito de permanencia parece haber animado a quienes efectuaron las respectivas fundaciones[1].

Divergentes apreciaciones de estos dos hechos y de su relación con la fundación de Caracas, han alimentado el problema histórico que se examina: para unos, el hato y la villa de San Francisco fueron meros intentos fracasados, solo con valor anecdótico, estando en el acto de Losada el verdadero comienzo de un poblamiento efectivo; otros estiman que los dos hechos iniciales, si bien aparecen como antecedentes importantes de la fundación de Caracas, no tienen relación entre sí ni con esta última; algunos más plantean que los tres hechos formaron parte integral de un solo y mismo proceso de ocupación y poblamiento de nuevos territorios, siendo el de Losada la culminación de una primera etapa caracterizada por los intentos de formar y consolidar, asentamientos permanentes.

Desde esta perspectiva, la fundación de Caracas constituyó ante todo el paso definitivo de un proceso que ya venía en marcha, y no el desencadenante; por ello, se entiende que más que una fundación en primera instancia, la de Caracas tuvo el carácter de restablecimiento o reedificación de la anterior villa de San Francisco, la cual, a su vez, había sustituido al hato de Fajardo. Esta apreciación final ha sido formulada anteriormente por diversos cronistas y por autores más recientes, para los cuales Diego de Losada repobló o reedificó un asentamiento previo, rebautizándolo.

 La copia que realiza Aristeiguieta, a escala 1:20.000, precisa la exacta situación del probable del campamento militar español en un rico contexto fluvial de ríos y múltiples quebradas. El dibujo las identifica por su nombre e importancia gracias al tamaño de la tipografía, pero también diferenciando su caudal de agua, torrente y magnitud por el ancho del trazo que las representa. Aristeiguieta señala a su vez el sentido del río Guaire, que corre al oriente, y la flecha que señala el norte, como sistema de convención cartográfica.

 

Desde el punto de vista defensivo y militar la copia de Aristeiguieta muestra con claridad la disposición en forma concéntrica de los distintos elementos defensivos configurando anillos de protección alrededor del campamento, siguiendo las normas de la tratadística militar de la época.

Según se detalla en la Historia Militar de Bellumartis[ii] una correcta distribución de las tropas podía ser la diferencia entre el caos y la victoria. Los campamentos solían organizarse en función del tamaño y el lugar donde estuvieran montados. Los mandos solían acomodarse en el centro del campamento, pero esto podía modificarse ligeramente en función de la existencia o no de viviendas cómodas en los alrededores. Sin embargo, era crucial que los mandos estuviesen en el centro, pues era el mejor lugar para recibir información y despachar órdenes.

El asentamiento se sitúa entre dos cauces de agua y se vale de ellos como elementos de protección y resguardo, para terminar de conformar el sistema de defensa.

Los europeos se establecen sobre el territorio con cuatro tiendas levantadas a 880-900 metros de altura sobre el nivel del mar, ubicadas al centro entre las quebradas de Los Padrones, al oeste (un afluente del rio Caruata) y el río Catuche al este. El aréa esta resguardada por “fozos de defensa” construidos por los soldados al norte y al sur; y por la unidad básica e irreductible del ejercito español compuesta por arcabuceros, rodeleros y lanceros denominada “Los tercios”, cuyo objetivo era lograr que la ocupación española fuera irreductible.

Los “cuerpos de arcabus” o arcabuceros con una misión ofensiva,  se ubicaron en “mangas” formación conocida como en cinco puntos protegiendo todo el perímetro del campamento, en posiciones más apartadas de los cuadros que formaban lanceros y rodeleros, amenazando las líneas enemigas con sus arcabuces con fuste de madera, que disparaban balas de plomo o estaño. De igual forma cuatro piezas de artillería o cañones situados de manera estratégica protegían los cuatro flancos. Seis unidades de infantería española  o “rodeleros“ provistos de espadas y escudos redondos dispuestos para la lucha cuerpo a cuerpo, creando una doble línea de defensa completaban el sistema protegiendo las tiendas. Esta formación militar, siguiendo la geometría de un cuadrado, y basada en la eficaz formación de “Los Tercios”, “dominó la guerra por tierra durante casi doscientos años y significó uno de los más válidos intentos de organización militar de toda la Historia”, permitiendo afianzar la presencia española y desafiando el dominio de las tribus indígenas.

 

En relación al Ingeniero Florentino Aristeiguieta Grillet, fue un inventor que dedicó esfuerzos para producir mejoras destinadas al beneficio del cacao, que representó un importante sostén de la economía venezolana a finales del siglo XIX. El invento, presentado ante las autoridades de Fomento el 29 de agosto de 1893 por Aristiguieta Grillet se llamó “La Económica”, y que consistió en un «Edificio-Oficina» destinado al beneficio del cacao. “La descripción del aparato nos hace suponer que se trató de un sistema ideado para el transporte y almacenaje del producto, conformado por una inmensa estructura de hierro de 30 metros y medio de largo por 8 de ancho, dividida en vagones de 7,50 por 2,50 metros que se desplazaban por medio de rieles. Según Aristiguieta Grillet, al momento de solicitar patente su invento ya gozaba de la aprobación de numerosos agricultores quienes podían asegurar la rentabilidad y utilidad del aparato”[iii].

Otro dato curioso sobre Aristeiguieta Grillet es que figura como Broker, en el II Tomo del Directorio Comercial de las Repúblicas Americanas, elaborado por la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas, impreso en la Tipografía Nacional de Washington en 1898[iv].

El plano de Aristeiguieta, resulta un documento cartográfico de interés pues es un plano topográfico anterior a la ciudad. Es evidencia de la ocupación un territorio bajo la norma militar, donde once años más tarde, en 1578, se fundaría la ciudad y se garantizaría la extensión de la provincia de Venezuela hacia el oriente.

[1] Diccionario de Historia de Venezuela. Fundación Polar. http://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/c/caracas/

[ii]  Molina Fernández, Juan. “Formaciones de los Tercios en el siglo XVI”.

[iii] Memoria del Ministerio de Fomento, 1894 N º 116, p. 468.

[iv] Directorio Comercial de las Repúblicas Americanas, Unión Internacional de las Repúblicas Americanas. Tipografía Nacional de Washington, 1898. Tomo II, Pag. 1320.

 

IGV