Zonas de Caracas

Caracas 

a través de sus planos

Plano de la ciudad y parroquias foráneas. Ricardo Razzetti, Caracas, 1897.

Plano de Caracas y situación de las parroquias foráneas, 1897

Fecha: 1897

Original: color, 50 x 40,5 cm.

Autor: Ricardo Razetti

Litografía: Litografía y tipografía del Comercio.

Escala: 1:10000

Colección Biblioteca Nacional

 

Ricardo Razetti

Siguiendo una secuencia histórica debería haber titulado este capítulo La ciudad del gomecismo. Juan Vicente Gómez gobernó a Venezuela con una dictadura tan cruel como soñolienta desde 1908 hasta su muerte en 1936. No hablamos de una ciudad gomecista porque al dictador Caracas no le interesó demasiado. Prefirió a Maracay y no se dieron grandes cambios en la capital, salvo los incipientes ensayos urbanos que la presión demográfica hacía inevitables. Durante buena parte de los años que duró esta pastoral contención y letargo Ricardo Razetti se dedicó a contar nuestra historia en precisas imágenes urbanas.

Si hubiera que escoger para este breve recuento el mejor ejemplo de las diferentes tareas y la necesaria pasión que requiere entregarle a la ciudad una imagen de sí misma, propondría sin dudarlo a Ricardo Razetti, quien elaboró siete planos de Caracas entre 1897 y 1929.

Razetti no solo representa lo que existe, también participa construyendo, urbanizando e introduciendo cambios en las ordenanzas recopiladas en las Leyes de Indias que habían mantenido su vigencia desde la Colonia.

Martín Padrón, en su ensayo Caracas 1928-1958: permanencias y transformaciones morfológicas durante la primera modernidad urbano-arquitectónica en Venezuela, nos cuenta que Razetti realizó en 1898 un proyecto de ordenanzas donde se reconoce y respeta el «alineamiento» de la cuadrícula urbana, un patrimonio «que no podría modificarse sino en los casos de urgente necesidad y solo cuando la utilidad pública así lo exigiere». «No es casual entonces», escribe Padrón, «que los planos de Razetti, además de su fidelidad topográfica, expresen su interés en valorar el espacio público. Dichos planos están rodeados de notas que destacan la ubicación de paseos, plazas y jardines públicos, así como las edificaciones más relevantes, lo que reafirma este interés en destacar el valor del espacio no construido en la ciudad».

La legislación urbana existente todavía estaba referida a la ciudad del damero, del «alineamiento». Padrón insiste en este tema al comentar Las ordenanzas de policía urbana y rural, sancionadas el 19 de abril de 1910, justo a cien años de la independencia. Este cuerpo legal fue la primera actualización de las Ordenanzas para el gobierno y policía de la muy ilustre ciudad de Santiago de León de Caracas elaboradas por Miguel José Sanz entre 1794 y 1804. En estas ordenanzas de 1910 se siente la influencia de lo propuesto por Razetti en 1898, pues se establece que las nuevas construcciones deberán respetar «la alineación legal de calle» y, al compararse con los otros edificios de la calle, evitarán «producir deformidad al aspecto público».

En la Ordenanza sobre policía urbana y rural sancionada en 1926, y también influenciada por las ideas de Razetti, se establece que «no se podrá levantar edificio público o de particular, cuyo frente no se halle de manera que las calles resulten rectas del uno al otro extremo». En el artículo 106 se consideran excepciones: «Podrán permitirse las construcciones separadas de las calles, solo en caso de que el espacio que medie entre esta alineación y la fachada lo ocupe alguna gradería, o rodee pilares y rejas o cuando se destine a jardín, en cuyo caso será cercado en toda su longitud». Nótese cómo las actuales ordenanzas obligan a retirarse de la calle, mientras las de 1926 condicionaban el retiro a que no se perdiera el frente continuo que formaban las edificaciones.

El trabajo de Razetti entre los siglos XIX y XX ayudó a preservar y comprender el legado urbano que la Caracas colonial y republicana le dejaba a una ciudad que comenzaría a expandirse más allá del Guaire y la quebrada Anauco, hasta alcanzar las poblaciones vecinas de El Valle, Sabana Grande y Chacao, y así ir pasando de un único urbanismo a diferentes tipos de urbanizaciones.

 

Anatomía y fisiología de la ciudad

En su primer plano de 1897, Razetti nos presenta tanto una forma urbana como buena parte de sus funciones, la anatomía y la fisiología de Caracas, incluyendo tanto las medidas de sus espacios como de sus tiempos. Se incluyen los recorridos y horarios de los trenes que van a Valencia, La Guaira, Petare y hacia El Valle y El Cementerio, así como de los sistemas de tranvías (el Tranvía Bolívar y el Tranvía Caracas), coches de número y de lujo (según el tipo de caballo), los sistemas y tarifas de correo y telégrafo. Las redes de transporte y comunicación han adquirido una enorme importancia y pronto no solo estarán al servicio de la ciudad, sino que determinarán su dinámica y forma de crecimiento.

Lo que más llama la atención de este plano son sus bordes, donde se exhiben pequeños recuadros que anuncian establecimientos comerciales con su dirección y teléfono. Supongo que mediante estos avisos se financió la ejecución e impresión de este plano que presenta a Caracas, ya no como el ente político y cultural que proponía Guzmán Blanco, sino como una especie de gran centro comercial. Razetti nos presenta 158 locales que organiza en 48 tipos de comercio (incluyendo desde confiterías hasta agencias funerarias), y los ubica mediante el método propuesto por Cristóbal Rojas de cuatro avenidas que parten de la plaza Bolívar. Así tenemos que «La Compañía Venezolana de Seguros», un comercio tipo 4, se encuentra en la avenida sur, número 16, teléfono viejo 1546. Los caraqueños continuaron guiándose por el tradicional sistema de las esquinas (cuyos nombres también se incluyen en el plano) en esta ciudad que mantiene su multifuncionalidad y, todavía, su extraordinaria uniformidad.

También está presente la cualidad que celebra Padrón, su interés por el espacio público y la arquitectura. En esta lámina se da la ubicación de unas 60 edificaciones notables y más de 20 espacios públicos presentados como «Paseos». Este calificativo sugiere que para Razetti los espacios públicos debían funcionar como un sistema de recorridos y no como entes aislados.

En la esquina derecha de la lámina vemos un «plano anexo de la situación de Caracas con respecto al Distrito Federal en escala 1:20.000». Aquella doble visión de la ciudad y la provincia de Venezuela que ofrecía el plano de 1578 comienza de nuevo a esbozarse, pues la ciudad, más que un ente con límites, es un organismo que desea y necesita expandirse. FV/IGV